lunes, 6 de octubre de 2014

DIOXIDO DE CARBONO


            El dióxido de carbono es un gas incoloro, inoloro y con un sabor acido. Su estructura molecular está compuesta de un átomo de carbono y  dos átomos de oxigeno, es decir, según la nomenclatura química CO2.
Como parte del ciclo del carbono, plantas, algas y cianobacterias usan la energía lumínica del Sol para fotosintetizar carbohidratos a partir del dióxido de carbono y el agua, expulsando oxígeno como desecho de la reacción. Sin embargo, las plantas no pueden hacer la fotosíntesis por la noche o en oscuridad, desprendiendo una cantidad menor de dióxido de carbono debido a la respiración celular. No solo las plantas, la mayoría de los organismos en la Tierra que respiran expulsan dióxido de carbono como desecho del metabolismo, incluyendo al ser humano. El dióxido de carbono es producido también por la combustión del carbón y los hidrocarburos, y es emitido por volcanes, géiseres y fuentes volcánicas.
Ciclo del carbono
El ciclo del dióxido de carbono comprende, en primer lugar, un ciclo biológico donde se producen unos intercambios de carbono (CO2) entre la respiración de los seres vivos y la atmósfera. La retención del carbono se produce a través de la fotosíntesis de las plantas, y la emisión a la atmósfera, a través de la respiración animal y vegetal. Este proceso es relativamente corto y puede renovar el carbono de toda la Tierra en 20 años.  En segundo lugar, el ciclo del dióxido de carbono comprende un ciclo biogeoquímico más extenso que el biológico y que regula la transferencia entre la atmósfera y los océanos y el suelo (litosfera). El CO2 emitido a la atmósfera, si supera al contenido en los océanos, ríos, etc., es absorbido con facilidad por el agua, convirtiéndose en ácido carbónico (H2CO3). Este ácido débil influye sobre los silicatos que constituyen las rocas y se producen los iones bicarbonato (HCO3). Los iones bicarbonato son asimilados por los animales acuáticos en la formación de sus tejidos. Una vez que estos seres vivos mueren, quedan depositados en los sedimentos calcáreos de los fondos marinos. Finalmente, el CO2 vuelve a la atmósfera durante las erupciones volcánicas, al fusionarse en combustión las rocas con los restos de los seres vivos. Los grandes depósitos de piedra caliza en el lecho del océano así como en depósitos acotados en la superficie son verdaderos reservorios de CO2. En efecto, el calcio soluble reacciona con los iones bicarbonato del agua (muy solubles) del siguiente modo:
Ca2+ + 2 HCO3 = CaCO3 + H2O + CO2

En algunas ocasiones, la materia orgánica queda sepultada sin producirse el contacto entre ésta y el oxígeno, lo que evita la descomposición aerobia y, a través de la fermentación, provoca la transformación de esta materia en carbón, petróleo y gas natural.

Efecto invernadero
El dióxido de carbono, junto al vapor de agua y otros gases, es uno de los gases de efecto invernadero (G.E.I.) que contribuyen a que la Tierra tenga una temperatura tolerable para la biomasa. Por otro lado, un exceso de dióxido de carbono se supone que acentuaría el fenómeno conocido como efecto invernadero, reduciendo la emisión de calor al espacio y provocando un mayor calentamiento del planeta; sin embargo, se sabe también que un aumento de la temperatura del mar por otras causas (como la intensificación de la radiación solar) provoca una mayor emisión del dióxido de carbono que permanece disuelto en los océanos (en cantidades colosales), de tal forma que la variación del contenido del gas en el aire podría ser causa o consecuencia de los cambios de temperatura, cuestión que no ha sido dilucidada por la ciencia.
En los últimos años la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera ha presentado un aumento. Se ha pasado de unas 280 ppm en la era preindustrial a unas 390 ppm en 2009 (aun cuando su concentración global en la atmósfera es de apenas 0,039 %). Este aumento podría contribuir, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático promovido por la ONU, al calentamiento global del clima planetario; en oposición, otros científicos dudan de que la influencia de los gases llamados "de efecto invernadero" (básicamente anhídrido carbónico y metano) haya sido crucial en el calentamiento que se lleva registrando en promedio en la superficie terrestre (0,6 °C) en los aproximadamente últimos 100 años.



            El dióxido de carbono ha estado siempre presente en la naturaleza y es imprescindible para su equilibrio, el cual se consigue a través del llamado “ciclo del carbono” donde durante un largo periodo de tiempo, se producen, en un proceso biogeoquímico una serie de transformaciones de CO2 esenciales para la regulación del clima y la vida en la tierra.
            Los seres vivos,  al respirar consumen oxigeno del aire y desprenden dióxido de carbono (CO2). Lo mismo ocurre con cualquier tipo de combustión, como, por ejemplo, la de gasolina, carbón o madera. En contraposición las plantas, mediante la fotosíntesis,  aprovechan el dióxido de carbono para elaborar sustancias nutritivas y desprenden oxigeno. De este modo se mantiene en la atmósfera un equilibrio entre ambos gases, la cual ha sido prácticamente constante hasta nuestros días. Ahora bien el desarrollo industrial ha provocado un aumento considerable de la cantidad de dióxido de carbono contenido en el aire,  mientras q la tala generalizada de bosques ha reducido la del oxigeno generado por la vegetación. 

            El dióxido del carbono se comporta ante la radiación como el vidrio de un invernadero,  dejando pasar el calor hacia el interior pero no hacia el exterior. Consecuencia de ello es que se produce un calentamiento de la Tierra y de la capa de la atmósfera,  que se conoce como efecto invernadero.  La combustión del petróleo y sus derivados contribuyen a crear dicho efecto.

Daniela Álvarez
C.I: 18.697.811
2do Año de Contaduría Pública
Sección “2”


1 comentario:

  1. ECOLOGÍA:
    Es la ciencia que se encarga de estudiar la relación entre los seres vivos y su ambiente, entendido como la suma de los factores abióticos (como el clima y la geología) y los factores bióticos (organismos que comparten el hábitat). La ecología analiza también la distribución y la abundancia de los seres vivos como resultado de la mencionada relación.
    Etimológicamente la palabra deriva del griego oídos, que significa "hogar", por consiguiente se podría decir que la ecología es el estudio de la" vida domestica" de los organismos vivos.
    Karelys del V. Briceño R.
    2do. Año de Contaduría Pública
    Sección 2
    UNERG

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