Las descargas accidentales y a gran
escala de petróleo líquido son una importante causa de contaminación de las
costas. Los casos más espectaculares de contaminación por crudos suelen estar a
cargo de los superpetroleros empleados para transportarlos, pero hay otros
muchos barcos que vierten también petróleo, y la explotación de las plataformas
petrolíferas marinas supone también una importante aportación de vertidos. Se
estima que de cada millón de toneladas de crudo embarcadas se vierte una
tonelada.
Sólo un 10% del petróleo que
va a parar al mar procede de accidentes marinos. Otras fuentes son la
atmósfera, la filtración natural, la contaminación de los ríos, las refinerías
de petróleo situadas en la costa, las plataformas petrolíferas marinas, las
descargas operativas de los petroleros, y otras causas (como el vertido en el
golfo Pérsico durante la Guerra del Golfo en 1991, que se estima en unas
460.000 toneladas).
El petróleo vertido en el medio
ambiente marino se degrada por procesos físicos, químicos y biológicos. Al
principio, un vertido de petróleo se extiende con rapidez sobre la superficie
del mar, y se divide en una serie de “hileras” paralelas a la dirección del
viento dominante.
La evaporación se produce
rápidamente: los compuestos volátiles se evaporan en unas 24 horas. Las manchas
de petróleo ligero pueden perder hasta un 50% en cuestión de horas. Las fracciones remanentes
del petróleo, más pesadas, se dispersan en el agua en
forma de pequeñas gotas, que terminan siendo descompuestas por bacterias y
otros microorganismos. En algunos casos se forma una emulsión de agua en
petróleo, dando lugar a la llamada mousse de chocolate en la superficie.
La velocidad a la que se producen los
procesos mencionados arriba dependerá del clima, el estado del mar y el tipo de
petróleo. Así, cuando el petrolero Braer naufragó en la costa de las Shetland
en enero de 1993, liberando 680.000 barriles (85.000 toneladas) de petróleo,
los daños quedaron restringidos a las piscifactorías locales y a las
poblaciones de aves marinas debido a que el mar estaba muy agitado, el viento
era favorable y el petróleo era relativamente ligero.
En el mar, la contaminación
por crudo es sobre todo dañina para los animales de superficie, en especial
para las aves marinas, pero también para los
mamíferos y reptiles acuáticos. El petróleo daña el plumaje de las
aves marinas, que también pueden ingerirlo al intentar limpiarse.
En la costa hay ciertos habitantes especialmente vulnerables y sensibles a este tipo de contaminación. Estos incluyen los corales, las marismas y los manglares. La contaminación por
crudo también puede ser muy dañina para los cultivos marinos (en particular para
las jaulas de salmones y las bandejas de ostras) y para los centros
recreativos, como las playas y los centros de deporte acuáticos.
Aliana M. Castillo A.
Aliana M. Castillo A.
C.I. 25.131.321
2do Año de Contaduría Pública
Sección "2"
UNERG
No hay comentarios:
Publicar un comentario