domingo, 5 de octubre de 2014


REFORESTACIÓN


La reforestación es una operación destinada a repoblar zonas que en el pasado histórico reciente 50 años aproximadamente, estaban cubiertas de bosques que han sido eliminados por diversos motivos, dentro de los cuales se puede mencionar la explotación de la madera para fines industriales y/o para consumo como plantas, ampliación de la frontera agrícola o ganadera, ampliación de áreas rurales, incendios forestales bien sean intencionales, accidentales o naturales.


Para la reforestación es recomendable utilizar especies autóctonas, pero también se pueden utilizar especies importadas, generalmente de crecimiento rápido. Las plantaciones y la reforestación de las tierras deterioradas y los proyectos sociales de siembra de árboles generan resultados positivos, por los bienes que se producen y por los servicios ambientales que prestan.


La reforestación aporta una serie de beneficios y servicios ambientales, ya que al restablecer o incrementar la cobertura arbórea se aumenta la fertilidad del suelo y se mejora su retención de humedad, estructura y contenido de nutrientes (reduciendo la lixiviación, proporcionando abono verde y agregando nitrógeno, en el caso de que las especies utilizadas sean de este tipo).

La siembra de árboles estabiliza los suelos, reduciendo la erosión hidráulica y eólica de las laderas, los campos agrícolas cercanos y los suelos no consolidados como las dunas de arena. La cobertura arbórea también ayuda a reducir el flujo rápido de las aguas de las lluvias, regulando de esta manera el caudal de los ríos, mejorando la calidad del agua y reduciendo la entrada de sedimento a las aguas superficiales.


Debajo de los árboles las temperaturas más frescas y los ciclos húmedos y secos moderados constituyen un microclima favorable para los microorganismos y la fauna; ayuda a prevenir la laterización del suelo. Las plantaciones tienen un efecto moderador sobre los vientos y ayudan a asentar el polvo y otras partículas del aire. Al incorporar los árboles a los sistemas agrícolas pueden mejorarse las cosechas gracias a sus efectos positivos para la tierra y el clima.

Por otra parte la reforestación produce sensibilización ambiental, ya que impulsa la acción ciudadana en defensa del medio ambiente, participando en acciones forestales, sensibilizando a la población, incentivando la participación social y promueve la educación ambiental.


Como ciudadanos nuestra contribución con el medio ambiente es pensar en el futuro, reforestar los bosques con árboles de la misma especie. El mundo de hoy no es lo mismo que era hace unos cuantos años. El clima está cambiando, la vida misma se ha visto expresada de otras formas, muchas especies han desaparecido de la faz de la tierra en los últimos 50 años y si no pensamos en la conservación de los bosques y de quienes las habitan en pocos años nuestro planeta estará desierto y agotado.



El mundo hoy por hoy está enfermo por la contaminación y son los árboles quienes nos pueden ayudar a combatir este flagelo que ha causado el hombre con el pasar de los años. Las talas indiscriminadas, las quemas y los incendios forestales han nublado la visión del hombre. Estamos a punto de vivir una catástrofe que perjudicaría no solo a los que habitamos hoy en día en el planeta, sino también a nuestras generaciones futuras.

Todos los seres vivientes, animales, plantas y seres humanos necesitamos dos cosas para vivir: agua y oxigeno, estos dos elementos no existirían sin la presencia de los árboles, ellos toman del aire las impurezas y las transforman en aire consumible, son los pulmones del mundo.


Los ríos que surten de agua a las poblaciones y alimentan con su frescura a los océanos reciben de los árboles y la vegetación la protección suficiente para llevar a cabo su cometido, trabajan en equipo.


Los árboles son imprescindibles para la vida en la tierra, además de proporcionarnos infinidad de productos son la clave para la regulación del clima a nivel mundial. Albergan numerosas especies en flora y fauna contribuyendo a la conservación de la biodiversidad, actúan como almacenes de carbono controlando así el efecto invernadero, retienen los suelos disminuyendo así la erosión y la desertificación, favorecen la fertilidad agrícola y regulan el ciclo hidrológico entre otros beneficios.



El plantar un árbol es un grano de arena que se aporta para tener un mejor lugar para vivir. No es labor de una sola persona sino de todos, es por esto que debemos tomar conciencia de que los seres humanos dependemos del oxigeno, por lo cual debemos cuidarlo si queremos respirar un aire de calidad.



ROSALIO A. TORREALBA T.
C.I: 15.083.412
2DO AÑO DE CONTADURÍA SECCIÓN 2

















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