sábado, 16 de julio de 2016

TRANSFORMACION SURGIDA DE AGROISLEÑA A AGROPATRIA

TEMATICA: TRANSFORMACIÓN SURGIDA DE AGROPATRIA A AGROISLEÑA.
AUTORA: JESSICA DANIELA ARZOLA SILVERA. C.I. 26.620.114
CONTADURÍA PÚBLICA.
1ER. AÑO - SECCIÓN 01
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL ROMULO GALLEGOS.




¿QUÉ ES AGROISLEÑA?, ¿DE QUIÉN ERA PROPIEDAD ESA EMPRESA?, ¿CUÁLES ERAN SUS PRÁCTICAS EMPRESARIALES?, ¿POR QUÉ EL GOBIERNO DE VENEZUELA LA SOCIALIZA?

       Agroisleña  empresa privada capitalista fue fundada en el año 1955 por Enrique Fraga Alfonzo, propietaria de más de 250.000 hectáreas de terreno, contaba con más de 60 delegaciones en toda Venezuela, con una amplia red de silos, mezcladoras, tiendas, laboratorios, con un control absoluto y monopolístico del mercado de semillas y fertilizantes. Por ello, ha sido necesario hacerla transitar de oligopolio a empresa de propiedad social.
     La repercusión tan furibunda que en las Islas Canarias ha tenido dicho acontecimiento obedece al hecho de que la propiedad de la misma era de un presunto oriundo de las mismas, que se siente y se considera más español que canario.
     Agroisleña se había terminado convirtiendo en un oligopolio que está terminantemente prohibido en la constitución venezolana, desoyendo reiteradas veces los múltiples requerimientos que desde el ministerio de agricultura y tierras que dirigia Juan Carlos Loyo se le ha venido haciendo.
      Esa empresa privada venía practicando la especulación, el acaparamiento, el desabastecimiento, el no respeto medioambiental y la competencia desleal, delitos todos ellos contemplados en la legislación venezolana. Muchos son los empresarios que en Venezuela han entendido y aceptado la nueva situación socio-política que la mayoría del pueblo ha elegido democráticamente, pero hay otros tantos entre los que se encuentran los propietarios de Agroisleña que utilizan sus empresas como organizaciones políticas que desestabilizan y subvierten al Estado Venezolano.
     La soberanía alimentaria es una de las tantas prioridades del gobierno revolucionario, los alimentos que aseguren la eliminación del hambre del pueblo, no pueden estar en manos de grupos minoritarios y oligárquicos. El sector agrícola es estratégico y no puede ser utilizado como un arma contrarrevolucionaria y especulativa al más rancio y criminal estilo capitalista. Una de las 8 metas del milenio fijadas por la ONU es la de reducir el hambre y la pobreza en el mundo, en este punto Venezuela se ha tomado muy en serio su tarea de contribuir al logro de la misma.
      Esa empresa ahora socializada mantenía una relación feudal con los pequeños productores venezolanos, tal como ha sido denunciado por la diputada al Parlatino Ana Elisa Osorio, en representación por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Agroisleña les daba semillas y fertilizantes a los campesinos para que luego pagaran con la cosecha. Incluso cuando al campesino le quedaba un excedente de producción, entonces Agroisleña le pagaba con más semillas y fertilizantes.
      Ese oligopolio transnacional utilizaba mecanismos perversos en detrimento de los trabajadores del campo, acentuándolos con más fuerza desde el triunfo de la Revolución Socialista Bolivariana en el año 1999, lo cual demuestra que la paciencia tiene un límite y la última gota ya rebosó el vaso.  Agroisleña usaba préstamos agrícolas que le concedía el Estado al 6%, para luego transferirlos al campesinado en forma de créditos al 16%, convirtiéndose entonces de hecho en una entidad bancaria especuladora sin estar legalizada para ello.
         
En otros muchos casos,  Agroisleña vendía  fertilizantes y pesticidas a precios triplicados, cuando en su mayoría esos productos provenían de la Petroquímica de Venezuela (Pequiven), la cual vendía a esa empresa a precios regulados.
      Otra de las prácticas empresariales delictivas de Agroisleña era el uso y comercialización de agroquímicos tóxicos prohibidos, esto es, contaminantes altamente peligrosos para el ambiente, la naturaleza, el campesinado y la salud de los consumidores de alimentos. A modo de ilustración en el Estado de Mérida, uno de los 23 que conforman Venezuela, la empresa tenía 7 tiendas provocando precisamente allí el índice más alto de intoxicación por pesticidas de todo el país. Dicha práctica delictiva ha venido reiteradamente violando y contraviniendo el artículo 315 de la constitución venezolana.
      En cuanto a los pesticidas la empresa, desde hace mucho tiempo, venía actuando como brazo ejecutor en Venezuela de las políticas imperialistas de las transnacionales como Monsanto, Novartis, Basf, Bayer quienes fabrican y comercializan algunos productos mundialmente prohibidos dada su toxicidad, tales como los coloquialmente conocidos “los doce del patíbulo”  o la “docena sucia” (dirty dozen), 12 plaguicidas que desde el año 1985 la Red Internacional de Acción en Plaguicidas había establecido la prescripción de su no uso.
      Los propietarios y directivos de esa empresa se terminaron convirtiendo por tanto en el mayor obstáculo para los avances de la Revolución Agrícola, un modelo alternativo ecológico, natural y biológico de agricultura, que respeta la Tierra (Pachamama) y que no la agrede o mata como en el modelo capitalista explotador.
      Los propietarios de  Agroisleña han cometido delitos y en cualquier país se les llamaría delincuentes, por tanto, susceptibles de pagar con cárcel o con multas los mismos. La Revolución Bolivariana, que avanza con decidida vocación socialista y humanista, pagará lo que justamente corresponda por la expropiación, no le quepa duda alguna a nadie, pues en el artículo 115 de su constitución dice literalmente “Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La  propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de  utilidad pública o de interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes”.
      En Canarias, última colonia de España en África, algunos voceros de CC (Coalición Colonial,  Coalición Capitalista,  Coalición Canalla,  Coalición Cemento, Coalición Colaboracionista, Con Cualquiera), han vociferado ante la socialización de esa empresa, motivados por la presunta procedencia canaria de  alguno de sus propietarios, contando como de costumbre falsedades y silenciando o negando las verdades. Hasta tal extremo han llegado, que han rogado a su amo en la metrópoli, para que el Ministerio de Exteriores español intervenga en defensa de los antiguos propietarios, tan españoles ellos.
      Yo invito amablemente a los propietarios españoles de la extinta Agroisleña, a que se instalen en España, por ejemplo en Murcia, Almería, Alicante o cualquier otro sitio que elijan e intenten seguir con sus prácticas empresariales, a ver si se lo permiten. En cualquier caso,  dejen ya en paz a los pueblos americanos.
     
      Algunos plumillas en Canarias han llegado a afirmar que el derecho internacional capitalista está por encima del derecho nacional socialista de Venezuela. Algunos empresarios, políticos y periodistas de la órbita capitalista tienen el reloj parado, porque se niegan a darle cuerda o a cambiarle la pila, no aceptan ni quieren ver que muchos pueblos en el mundo, especialmente en América Latina y el Caribe, se rebelan contra el criminal, antihumano e injusto sistema capitalista. Allá ellos con esa ceguera crónica, más fuerte será el toletazo.
      El planeta Tierra a pesar de los desesperados esfuerzos del imperialismo capitalista de los Estados Unidos de Israel, transita de un mundo unipolar hacia otro multipolar, en el cual emergen nuevas fuerzas internacionales, entre las cuales se encuentra Latinoamérica. En ese nuevo mundo, empresas como la antigua Agroisleña ya no tienen cabida.
      La nueva empresa que ya ha sido parida en Venezuela se llama Agropatria y ésta sí estará al servicio del pueblo y el campesinado venezolano, demostración de ello ha sido el rotundo respaldo que los trabajadores de la empresa han dado a la expropiación. La producción, distribución y comercialización de alimentos, así como de insumos para la agricultura.


EX-TRABAJADORES DE AGROPATRIA PROTESTAN DEBIDO A LA EXPROPIACIÓN



         Se prohibió la venta a crédito de insumos, no pagan la cosecha a tiempo y tampoco reconocen prestaciones de los trabajadores
Se cumplen más de dos meses desde la expropiación de Agroisleña y la evaluación que hacen los productores y trabajadores es negativa. Denuncian que la junta interventora de la empresa, ahora llamada Agropatria, decidió eliminar el programa de venta de insumos y agroquímicos a crédito, ha despedido personal de manera injustificada y violado la inamovilidad; además reportan escasez de agroquímicos, insumos, semillas y otras materias primas que requieren los productores del campo. Un informe que refleja las acciones del Gobierno en los 60 días desde la adquisición forzosa de la empresa, señala que mientras Agroisleña vendía casi 85% a crédito, y casi la totalidad sin garantía para permitir que los productores comenzaran su ciclo de siembra y pagaran después, en Agropatria prácticamente se está vendiendo todo al contado.
“Agropatria no está respondiendo a los compromisos adquiridos con los productores. Hay atraso en el pago de la producción arrimada a los silos. Mientras Agroisleña pagaba a los 10 días de entregada la cosecha, con la gestión socialista hay una total incertidumbre”, indica el reporte.
Se advierte que quienes reciben pago, es por montos inferiores a lo que vale la cosecha y, además, los obligan a acudir a actos políticos públicos o los amenazan con inspeccionar las fincas.
Refiere que aunque las plantas tienen suficiente materia prima para producir, la gestión de Agropatria ha sido incapaz de administrar y poner activas las líneas de producción y la comercialización de insumos. A la vez que hay problemas con la comercialización interna, la empresa tiene paralizadas las exportaciones de agroquímicos incluso a países de la región incluyendo los que tienen convenios mediante el Alba.
Tampoco se están llevando a cabo los programas de asistencia técnica a los productores. Se denuncia que los técnicos no cuentan con viáticos para trasladarse y no les reconocen sus compromisos laborales.
Producción en caída
Los técnicos que laboraban en la empresa sostienen que las plantas de agroquímicos están produciendo a 20% de su capacidad normal y hay un alto índice de desabastecimiento de herbicidas, fertilizantes y semillas de arroz, entre otros. Se conoció que el Gobierno intenta ocultar la escasez con la compra de estos insumos a otras comercializadoras privadas.
Según datos de la gerencia del Departamento de Salud Pública de Agroisleña, en los dos meses de expropiación se redujo el suministro de productos biológicos destinados a combatir epidemias como el dengue, la leptospirosis, y productos para el control de la palometa peluda (Hylesia Metabus) que genera inflaciones cutáneas, principalmente en el oriente del país.
“No hay inventarios de insecticidas porque justo cuando se ejecuta la medida de expropiación, el departamento de Salud Pública estaba en trámites de ordenar las importaciones de productos biológicos”, expresa un ex trabajador del área, y agrega que para estos casos puntuales los químicos eran adquiridos a proveedores internacionales.
Se advierte que en un panorama como el actual con las inundaciones, se prevé que proliferen en el mediano plazo más enfermedades como el dengue y preocupa que la empresa no tenga suficientes productos químicos para combatirla.
En el área de almacenamiento de la cosecha, también existe incertidumbre por el manejo y control de plaga en los cereales cosechados y guardados en los silos de Agroisleña.
“Para la fecha de la expropiación todos los silos ubicados en la zona occidental estaban preparados, y estábamos en proceso de acondicionar los que están en el oriente del país. En este proceso se utiliza normalmente protectantes de granos para evitar la incidencia de las plagas, y tenemos información de que tampoco hay suficiente producto para contrarrestar estos problemas”, expresa un técnico de la Gerencia de Salud Pública. Debido a la falta de estos insumos y a la caída de la producción de químicos, la gerencia  de Agropatria gestiona la compra a otras empresas.
Deuda laboral
En el informe también se denuncia que el Departamento de Recursos Humanos está prácticamente desmantelado, al igual que los sistemas de la empresa. Desde la expropiación cerca de 100 trabajadores de Agroisleña y sus empresas filiales, Inica, Proyefa y otras, han sido despedidos, otros han renunciado por presiones y maltrato, y alrededor de 278 técnicos comerciales y gerentes de las sucursales no han cobrado las comisiones por las ventas, que deberían haber recibido desde el 15 de octubre.
Cada tres meses este personal recibía como parte del sueldo comisiones por las ventas realizadas, y este pago fue suspendido.
“Las personas que han despedido injustificadamente ni los que han renunciado han cobrado sus prestaciones sociales. Se incumple el decreto de inamovilidad laboral porque no se reconoce el fuero que tienen las personas por período posnatal, reposo u otra condición, y ningún organismo del Estado ni inspectorías del Trabajo, ni el propio ministerio, responde por estas irregularidades”, señala Alejandro Giraud, ex gerente de Relaciones Institucionales de Agroisleña.
Señala que en la empresa y en sus filiales reina un clima de incertidumbre porque aún están en el período de transición de los 90 días de ocupación temporal de la empresa; pero en enero se prevé la consolidación de la nueva estructura socialista con Agropatria, y quienes todavía laboran, temen despidos y que no se reconozcan los pasivos laborales.
“No hay ninguna garantía de que nos paguen a los que fuimos despedidos de la empresa, ni siquiera nos permiten el acceso a las instalaciones para efectuar algún tramite de averiguación sobre nuestros pasivos. No nos quieren pagar y esto viola todo el decreto de expropiación emitido por el propio Gobierno, en el cual se establece la inamovilidad y el respeto de los derechos laborales de cada trabajador”, expresa Giraud. Alertó que los califican de despidos sencillos para no reconocer que fue una acción injustificada, y que merecen el doble de los beneficios por ley. Agrega que en la carta de despido no se describe la razón de la remoción del personal.
Advierten que quienes aún trabajan en el consorcio están prácticamente desasistidos en materia de seguridad, salud e higiene industrial porque el comité que trata ese asunto fue desactivado.
Recuerdan que Agroisleña y sus filiales manejan una cantidad de agroquímicos, insumos y materia prima de alto riesgo si no es manejada adecuadamente y con estrictas normas de seguridad.
Trabas para acceder al crédito
 El Instructivo de financiamiento de Agropatria obliga a los productores a cumplir requisitos y, además, están sujetos a la discrecionalidad de los funcionarios para poder obtener los préstamos.
Se indica que los productores deben tramitar los créditos como si nunca antes hubiesen sido clientes de la empresa, lo que representa según los agricultores una desmejora de las condiciones y un retraso en la solicitud. El instructivo indica que los créditos hasta por 25.000 bolívares serán evaluados por los gerentes de cada agencia sin que prive un lineamiento técnico, por lo que se corre el riesgo de decisiones arbitrarias. Cuando el monto es mayor, la solicitud es enviada a la sede principal de la empresa en Cagua, lo que genera un retraso adicional en el trámite.
Hasta hace dos meses los agricultores venían trabajando con sus líneas de crédito rotativas, que operaban de manera automática a medida que requerían los recursos para continuar los ciclos de siembra y de cosecha.
Hay productores que tienen tres generaciones trabajando con la empresa y ahora se les desconoce esa trayectoria, y les exigen documentos como si fuesen nuevos.
Otro de los lineamientos que exige Agropatria es que 40% de la cosecha financiada por esta empresa, sea pagada en efectivo y 60% con la propia producción arrimada a los silos.
Los productores advierten que esta disposición es negativa porque tendrán que verse obligados a vender a intermediarios la cosecha y obtener efectivo para poder pagar ese 40% que se les exige.
“Esto puede generar un mercado especulador porque el agricultor tendrá que salir a vender a tercero para pagar en efectivo la deuda, y tampoco se sabe qué pasará con el excedente de la cosecha”. Recuerdan que con Agroisleña arrimaban 100% de la cosecha, sin preocuparse en vender al mercado especulador el grano y pagaban en el plazo indicado.
Como a este régimen le encanta mentir inventando logros y éxitos donde no los hay valdría la pena preguntarse hoy cuáles son los resultados de la expropiación de Agroisleña dos meses después: Los Agricultores, así con A mayúscula, se encuentran bastante preocupados y molestos. Las tiendas Agropatria tienen un problema de escasez generalizado. No se han recibido agroquímicos, ni semillas desde hace un meses.



Agropatria alcanzó cobertura de un millón 159 hectáreas

El ministro del Poder Popular para la Agricultura y Tierras, Juan Carlos Loyo, destacó que tras el primer año de la nacionalización de la empresa Agroisleña y su posterior transformación en Agropatria, se ha registrado un incremento en su cobertura de 360 mil hasta un millón 159 mil hectáreas..
“Pasamos de una Agroislena capitalista, que atendía a 12 mil 83 productores por mes, a una Agropatria que atiende 52 mil 862 productores por mes”,
Explicó que Agroisleña ahora está guiada por principios de carácter socialistas lo cual le ha permitido incrementar el número de centros de atención al productor agrícola en todo el país.
“Pasamos de una Agroisleña que tenía 64 tiendas a una Agropatria que tiene 110 tiendas operativas en este momento, 13 que se encuentran en fase de terminación y la incorporación de un nuevo proyecto que son la Agropatria Comunal, en donde tenemos 10 unidades en Táchira y Mérida, donde los propios productores establecen el control de los insumos que requieren”, explicó.

¿Cambios en Agropatria? ¿Regresa Agroisleña?.

        Varios medios traen la noticia de un posible acuerdo entre el gobierno y quienes poseían Agroisleña. Desde su precipitada "expropiación" por parte del gobierno, la organización perdió eficiencia y miles de productores fueron afectados por la falta de agroquímicos, maquinaria y sobre todo del conocimiento que sobre la agricultura había acumulado la empresa fundada por la familia Fraga. También protestaron, varias veces, los trabajadores de la empresa

      En apariencia el gobierno preocupado, está en una onda de rectificación, primero abrió el diálogo, por primera vez desde el 2003 con algunos gremios agrícolas, ajustó algunos precios al productor, eliminó algunos aranceles y hace esfuerzos por incrementar el acceso al crédito. Por otra parte el nuevo Presidente del INTI parece menos agresivo que sus predecesores en lo que a ocupar tierras se refiere, lo que ha generado un poquito de tranquilidad entre los productores. También la escasez de divisas y la paridad cambiaria de los últimos meses han beneficiado a los productores de bovinos que vieron incrementar sus ventas en el 2011.

       Estos pequeños pasos habían sido el clamor de los productores por varios años, pero el gobierno no quería escuchar. La inseguridad jurídica, el control de precios y el control de cambio, sumados a dos años de clima desfavorable, determinaron una violenta caida en la producción. Alrededor de 5 millones de toneladas menos en 2010 y 2011 en relación con las cifras del pasado. La producción de maíz, arroz, caña de azúcar, carne bovina, plátano, algunos frutales, café y otros productos descendió. Tanto que entre 2008 y 2011 la factura de importación fue enorme. La cruda realidad golpea en un año electoral y el mismo ministro, ahora también Vicepresidente, parece haber entendido algunas cosas. Si concretan una que otra de estas rectificaciones, la producción de algunos rubros aumentará este año. Varias veces lo he señalado, los chinos serán seguidores de la ideología de Marx, pero cuando de negocios se trata, les gusta más Adam Smith.

    Recuperar Agroisleña, como empresa mixta, llevará un tiempo - si en efecto se transforma. Se perdió el capital humano en buena medida, en manos del gobierno se burocratizó, se fracturó la cadena de suministros, se abatió la calidad y pertinencia del servicio. Como empresa privada era muy eficiente, en su condición de pública, un desastre. Como empresa mixta, a lo mejor resulta regularcita. ¿Dará el gobierno el gran salto? Es decir ocuparse de gobernar y dejar que el sector privado trabaje en libertad? No lo creo, son "pasitos atrás" en año electoral. Aún retumban en los oidos de los parlamentarios la sarta de mentiras del ex-Ministro Loyo cuando le dió lectura a la Memoria y Cuenta del 2010 multiplicando por dos, tres y a veces hasta por cinco los valores reales de la producción.

Mientras tanto, en la oscuridad, preparan otra bomba contra la libre empresa: la nueva ley del trabajo.
Igualmente refirió que actualmente se encuentran afinando los mecanismos para hacer llegar de mejor manera a los productores los distintos insumos necesarios para la producción de alimentos.
“Pasar de una Agroisleña que explotaba a los productores, funcionando como una banca de segundo piso, pasamos a una Agropatria que adicionalmente tiene operativos que se llevan en el campo, más de 130 operativos”, agregó.
El presidente de la República, Hugo Chávez, anunció la nacionalización de Agroisleña en octubre de 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario